Hoy he estado con una eminencia
química. Un profesor emérito del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas. Un tipo que, aunque anciano, conserva la claridad de ideas y
brillantez de pensamiento que posiblemente le hayan llevado a obtener ese nombramiento.
Charlando,
compartió una reflexión conmigo: “Cuando la gente dice que no quieren cosas con
“química” no se percatan de la tontería. A fin de cuentas, ¿qué no tiene
química? Todos somos química. La naturaleza es química. Un producto, por llevar
el prefijo bio- no tiene porque ser
menos degradable que otro que no lo lleve, aunque sí más desagradable. No se dan
cuenta que ellos son química, yo soy
química, tú eres química… hasta Emily Ratajkowski es química.”
Yo le expresé
mi conformidad, aunque le respondí que sin duda Emily Ratajkowski es una
química mucho mejor ordenada que la nuestra.
A estas
alturas es difícil discutir que todo el mundo natural es química, pero es
igualmente innegable que hay química y química. El viejo profesor no discutió
tal punto. De alguna manera, la química de Emily está mejor hecha, más
conseguida. Una química que atrae, en vez de repeler. Le propuse a mi amigo
el profesor emérito del Consejo Superior de Investigaciones Científicas que,
para evitar el rechazo natural que a la gente le produce la química, presentaran los
objetos químicos con una forma tan atrayente como las de Emily.
La química de
Emily podría resolver muchos conflictos. Supongamos que conseguimos que los
judíos vean a los palestinos como todos vemos a Emily. O que en vez de hordas
de negros escalando las vallas de Melilla viéramos hordas de emilys escalando las vallas. ¿No es
probable que hasta les abriésemos las puertas y les invitáramos a nuestras
casas? Imaginemos qué pasaría si la bancada del PP viera en la del PSOE a emilys sentadas allí… sin duda los
acuerdos se alcanzarían sin dificultad. ¿Se querrían acaso independizar los catalanes si vieran en cada españolito una réplica exacta de Emily? Desde luego, acabaría siendo bastante comprometido visitar Cataluña, pero dudo mucho que persistieran con la cantinela...
Hablando
con mi viejo amigo el profesor, nos dimos cuenta de todo lo que la química podría
hacer por nosotros si pusiéramos un poco de Emily en sus formulaciones.
No sé yo. ¿Y esas Emilys cómo nos verían a los demás? Porque yo puedo ser encantador con alguien que se presente como Emily Ratajkowski, pero como la tal Emily me vea como habitualmente me ven las Cristinas o las Saras no creo que hubiera mucha reciprocidad...
ResponderEliminarYa, claro, la reciprocidad no está garantizada, pero el trato cortés por tu parte sí... ya tenemos medio camino andado, que no es poco. Pensemos cómo conseguir que te vean de una manera mejorada y habremos recorrido lo que queda...
ResponderEliminarMuchas gracias Rictus por tu fidelidad. Eres sin duda mi mejor seguidor... (casi diría que mi único seguidor). Recibe un cordial saludo